¿Superalimentos o marketing extremo?

Brócoli, quinoa, bayas de goji, té de matcha… ahora es el Kale o la tradicional berza la que se ha convertido en los últimos años en otro de los denominados ‘superalimentos’. Ante la avalancha de demanda, médicos estadounidenses han alertado a la comunidad sobre la importancia de una dieta variada y sobre la no idoneidad de centrar nuestra alimentación en un único producto escasamente combinado.

La mayoría de las veces, estas campañas de alimentos ‘milagro’ vienen respaldadas únicamente por la voz de alguna celebridad del mundo de celuloide y carecen del rigor científico esperado aunque caemos rendidos a sus brazos como si se tratara del elixir de la eterna juventud.

Las modas culinarias como vienen se van. Si el Kale (berza) ha estado encumbrado a las máximas alturas en los 2 últimos años, recientemente ha corrido un bulo por la red que difundía que un excesivo consumo podía ser incluso tóxico. Bulo reiteramos que ha sido desmentido de inmediato. Pero ya se conoce el dicho, difama que algo queda.

La dieta variada a base de verduras, cereales, carnes, pescados, huevo, leche… es la que toda la comunidad médica y los expertos en nutrición al unísono se encargan de difundir. Sus beneficios han quedado más que demostrados durante años y no eximen de que, de vez en cuando, nos regalemos un pequeño homenaje gastronómico.

De todas formas, estas modas culinarias son muy efímeras. Quizá cuando empecéis a consumir el último ‘super food’ ya esté súper pasado de moda. Un apunte: si queréis estar a la última, la coliflor y las zanahorias se perfilan como las nuevas reinas de la dieta para la temporada otoño/invierno 2016. ¿Serán definitivamente los nuevos superalimentos?